jueves, 10 de marzo de 2011






D.: ¿Entonces son lo mismo?


M.: El alma puede ser sin el ego; pero el ego no puede ser sin el alma. Son como la burbuja y el océano.

D.: Eso aclara el asunto. ¿Qué es el Atman?

M.: El Atman y el alma son lo mismo.



162. Otro norteamericano preguntó sobre las formas de pensamiento.

M.: Rastree la fuente de los pensamientos, y los pensamientos desaparecerán.

D.: Los pensamientos se materializan.

M.: Si hay pensamientos, se materializarán. Si desaparecen, no hay nada que mate-rializar. Además, si usted es físico, el mundo es físico, y así sucesivamente. Encuentre si usted es físico.

D.: ¿Cómo seré útil al mundo de Dios?

M.: Encuentre si «yo» es diferente de la parte divina del mundo. Sin ser capaz de ayudarse a usted mismo, no obstante usted está buscando la parte divina de él para ayu-darse a usted y al mundo. La divinidad le está dirigiendo y controlándole a usted. ¿Adónde va usted en el sueño profundo? ¿De dónde sale?

D.: Yo he sido influenciado por las obras y los pensamientos.

M.: Los pensamientos y las obras son lo mismo.

D.: ¿Hay algún modo de sentir los fenómenos suprafísicos, como por ejemplo, los ángeles guardianes?

M.: El estado del objeto es según el estado del veedor.

D.: Un grupo de veedores ven lo mismo.

M.: Porque sólo hay un veedor detrás de todo, pero hay diversidad de fenómenos. ¿Percibe usted la diversidad en el sueño profundo?

D.: Nosotros vemos a Abraham Lincolm que murió hace mucho tiempo.

M.: ¿Hay objeto sin veedor? Las experiencias pueden ser reales. Los objetos son sólo según el veedor.

D.: Un asistente mío fue matado en la guerra. Nueve años después de su muerte, se tomó una foto de otro grupo. Su imagen aparece en la foto. ¿Cómo es eso?

M.: Posiblemente los pensamientos se han materializado… Vaya a la raíz de ello.

D.: ¿Cómo?

M.: Si el camino es externo, las direcciones son posibles; pero el camino está dentro. Busque dentro. El Sí mismo está siempre realizado. Algo que no está ya realizado podría ser buscado como nuevo. Pero el Sí mismo está dentro de su experiencia.

D.: Sí. Yo me siento a mí mismo.

M.: Mí mismo. ¿Hay dos —mí y sí mismo?

D.: No quiero decir eso.

M.: ¿Quién es el que se ha sentido o no se ha sentido a sí mismo?

D.: Sólo hay un Sí mismo.

M.: La pregunta sólo puede surgir si hay dos. Abandone la falsa identificación del Sí mismo con el no-sí mismo.

D.: Me refiero al estado de consciencia más alto.

M.: No hay estados.

D.: ¿Por qué un hombre no obtiene la iluminación instantáneamente?

M.: El hombre es la iluminación misma. Él está iluminando a los demás.

D.: ¿Es su enseñanza diferente de la de otros?

M.: El camino es solo uno, y la realización solo una.

D.: Pero las gentes hablan de muchos métodos.

M.: Depende del estado de la mentalidad de esas gentes.

D.: ¿Qué es el yoga?

M.: Yoga (unión) es para el que está en viyoga (separación). Pero solo hay uno. Si usted realiza al Sí mismo, no habrá ninguna diferencia.

D.: ¿Es eficaz bañarse en el Ganges?

M.: El Ganges está dentro de usted. Este Ganges no le hace sentir frío ni temblar. Báñese en él.

D.: ¿Hemos de leer la Gita de vez en cuando?

M.: Siempre.

D.: ¿Podemos leer la Biblia?

M.: La Biblia y la Gita son lo mismo.

D.: La Biblia enseña que el hombre nace en el pecado.

M.: El Hombre es el pecado. No había ninguna sensación de hombre en el sueño profundo. El pensamiento del cuerpo produce la idea del pecado. El nacimiento del pen-samiento es el pecado mismo.

A otra pregunta, el Maestro dijo: —Todo el mundo ve sólo al Sí mismo. Las formas divinas son solo como burbujas en el océano de la Realidad, o como imágenes que se mueven en una pantalla.

D.: La Biblia dice que el alma humana puede perderse.

M.: El pensamiento «yo» es el ego, y eso se pierde. El «yo» real es «yo soy el que yo soy».

D.: Hay conflicto entre las enseñanzas de Aurobindo y de la Madre.

M.: Primero, entréguese al Sí mismo, y luego armonice los conflictos.

D.: ¿Qué es la renunciación?

M.: El abandono del ego.

D.: ¿No es abandonar las posesiones?

M.: Al poseedor también.

D.: El mundo cambiará si las gentes abandonan sus posesiones para beneficio de los demás.

M.: Primero, abandónese a usted mismo, y entonces piense en los demás.

En respuesta a otra pregunta, Sri Bhagaván dijo: —Los métodos parecen fáciles según la naturaleza del individuo. Depende de lo que haya practicado antes.

D.: ¿No podemos tener la realización instantáneamente?

M.: La Realización no es nada nuevo. Es eterna. No se trata de realización instantá-nea o gradual.

D.: ¿Hay reencarnación?

M.: La reencarnación puede ser si usted está encarnado ahora. Incluso ahora, usted no ha nacido.



A otra pregunta, dijo: —El ego es la raíz de todas las aflicciones. Abandónelo. En-tonces no habrá ninguna aflicción.

D.: Si todos renuncian, ¿habrá un mundo práctico? ¿Quién arará? ¿Quién cosechará?

M.: Comprenda primero y luego vea. La ayuda a través de la Realización trasciende toda la ayuda a través de palabras, pensamientos y obras, etc. Si usted comprende su propia realidad, entonces la realidad de los rishis y los maestros será clara para usted. Sólo hay un maestro, y ése es el Sí mismo.

D.: ¿Por qué los maestros insisten en el silencio y la receptividad?

M.: ¿Qué es el silencio? Es elocuencia eterna.

D.: ¿Cuál es la actitud de la mente receptiva?

M.: No estar distraído en la mente.

D.: ¿Es de utilidad acercar a América del Norte y la India, uniendo la intelectualidad de ambos países, por ejemplo, intercambiando profesores, etc.?

M.: Esos hechos tendrán lugar automáticamente. Hay un Poder que guía el destino de las naciones. Estas preguntas sólo surgen cuando usted ha perdido el contacto con la Realidad. ¿Es América del Norte aparte de usted, o es la India aparte de usted? Mantén-gase en eso y vea.

D.: Sri Ramakrishna preparó a Vivekananda. ¿Qué poder hay detrás?

M.: El poder es sólo uno en todos.

D.: ¿Cuál es la naturaleza de esa fuerza?

M.: Así como las limaduras del hierro son atraídas hacia un imán, la fuerza está adentro, no está afuera. Ramakrishna estaba en Vivekananda. Si usted piensa que Vive-kananda era un cuerpo, Ramakrishna también es un cuerpo. Pero ellos no son cuerpos. Vivekananda no podía haber entrado en Samadhi si Ramakrishna no hubiera estado de-ntro de él.

D.: ¿Por qué debe uno sufrir cuando es picado por un escorpión?

M.: ¿Cuál es la causa de la aparición del cuerpo y del mundo?

D.: Es parte de la mente cósmica.

M.: Que la mente cósmica se preocupe por tales aconteceres. Si el individuo quiere saber, que descubra a su Sí mismo.

D.: Una pregunta sobre los misterios yóguicos de beber ácido nítrico, tragar venenos, caminar sobre el fuego, etc. ¿Se debe todo esto a un estado de vibración?

M.: Que lo pregunte el cuerpo físico. Usted no es físico. ¿Por qué preocuparse por lo que usted no es? Si el Sí mismo tuviera alguna forma, podría ser afectado por los obje-tos. Pero el Sí mismo no tiene ninguna forma; por consiguiente, es inmune al contacto con las cosas.

D.: ¿Cuál es el significado del océano de Amor?

M.: Espíritu, Espíritu Santo, Realización, Amor, etc., son todos sinónimos.

D.: Esta es una conversación muy iluminadora.

Señor N. Subba Rao: —¿Qué es visishtadvaita?

M.: Lo mismo que esto.

D.: Ellos no admiten a maya.

M.: Nosotros decimos que Sarvam es Brahman. Ellos repiten que Brahman perma-nece cualificado (visishta) en todos.

D.: Ellos dicen que el mundo es una realidad.

M.: Nosotros también lo decimos. El Acharya solo dijo: «Encontrad la realidad que hay detrás del mundo». Lo que es llamado ilusión por uno, es llamado mutabilidad por otro. El fin es el mismo en ambos.

Doctor Hand: —¡Maharshi! No piense que somos malos muchachos.

M.: No me diga eso. Sin embargo, no es necesario que usted piense que son malos muchachos.

Todos rieron y se dispersaron a las cinco de la tarde.

Un minuto después, Sri Bhagaván dijo: —Si se quedan un día más, devendrán silen-tes.



163. Señor Subba Rao: —¿No entran los hombres en samadhi?

M.: ¿No hay samadhi ahora?

D.: ¿Es eterno?

M.: Si no lo es, ¿cómo puede ser real?

D.: ¿Entonces?

M.: No hay ningún entonces, ningún ahora.

D.: Parece haberlos.

M.: ¿A quién?

D.: A la mente.

M.: ¿Qué es la mente? ¿Quién soy yo?

D.: (Silencio).



164. Un hombre preguntó si era posible detener la vejez y la enfermedad por la ab-sorción de la fuerza divina.

M.: Usted puede detener al cuerpo mismo.

D.: ¿Cómo absorber la fuerza divina?

M.: Ella ya está aquí. No necesita ser absorbida. Sólo puede ser absorbida si está fuera de usted. Pero ella es solo usted. No hay ninguna absorción ni ninguna emisión.

D.: ¿Hay alguna necesidad de obedecer las leyes físicas, por ejemplo, ponerse a di-eta?

M.: Éstas están sólo en la imaginación.



165. Un hombre estaba preocupado porque no podía lograr concentrar su mente.

M.: ¿No es solo Uno incluso ahora? Lo uno permanece siempre solo Uno. La diver-sidad está sólo en su imaginación. El Ser Unitario no necesita ser adquirido.



166. Se le mencionó a Sri Bhagaván que un ser que ha realizado el Sí mismo no ne-cesita ningún alimento, etc.

M.: Usted comprende solo según su estado.



167. D.: ¿Cómo controlar la mente?

M.: Apodérese de la mente.

D.: ¿Cómo?

M.: ¿Qué es la mente? Encuéntrelo. Es sólo un agregado de pensamientos.

D.: ¿Cómo erradicar el impulso sexual?

M.: Erradicando la idea falsa de que el cuerpo es el Sí mismo. No hay ningún sexo en el Sí mismo.

D.: ¿Cómo realizarlo?

M.: Debido a que usted piensa que es el cuerpo, usted ve a otro como el cuerpo. En-tonces surge la diferencia en el sexo. Pero usted no es el cuerpo. Sea el Sí mismo real. Entonces no hay ningún sexo.



168. D.: ¿Puede un yogi conocer sus vidas pasadas?

M.: ¿Conoce usted tan bien la vida presente que quiere conocer la pasada? Encuentre la vida presente, y el resto seguirá entonces por sí solo. Incluso con nuestro limitado conocimiento presente, nosotros sufrimos muchísimo. ¿Por qué quiere cargarse a usted mismo con más conocimiento y sufrir más?

D.: ¿Puede el ayuno ayudar a la realización?

M.: Pero el ayuno es pasajero. El ayuno mental es la ayuda verdadera. Ayunar no es un fin en sí mismo. Debe haber desarrollo espiritual a la par. El ayuno absoluto debilita también a la mente. Usted no podrá obtener suficiente fuerza para la búsqueda espiritual. Por consiguiente, tome un alimento moderado y siga practicando.

D.: Dicen que cuando se rompe el ayuno de un mes, diez días después la mente de-viene pura y firme y que permanece así para siempre.

M.: Sí, si durante todo ese ayuno se ha mantenido también la búsqueda espiritual co-rrecta.



169. Ante otra pregunta, el Maestro dijo: —Lo mejor es hablar de corazón a corazón y escuchar de corazón a corazón. Esa es la mejor upadesa.

D.: ¿No es necesaria la guía del Gurú?

M.: ¿Es usted aparte del Gurú?

D.: ¿Es útil la proximidad?

M.: ¿Quiere usted decir la proximidad física? ¿Cuál es el bien de eso? Sólo importa la mente. Se debe tomar contacto con la mente.





28 de febrero de 1936



170. Un visitante: —¿Cuál es la diferencia entre meditación (dhyana) e indagación (vichara)?

M.: Ambas equivalen a lo mismo. Aquellos que son incapaces para la indagación deben practicar la meditación. En esta práctica, el aspirante, olvidándose de sí mismo, medita: «Yo soy el Brahman» o «Yo soy Siva»; así continúa aferrándose al Brahman o a Siva; finalmente, esto acabará en el Ser residual como el Brahman o Siva, que él realizará como Ser Puro, es decir, como el Sí mismo.

El que se dedica a la indagación, comienza aferrándose a sí mismo, y pregunta: «¿Quién soy yo?», y el Sí mismo deviene claro para él.

D.: ¿El conocimiento que se obtiene por experiencia directa se perderá después?

M.: El Kaivalya Navanita dice que puede ser perdido. La experiencia obtenida sin erradicar todos los vasanas, no puede permanecer estable. Deben hacerse esfuerzos para erradicar los vasanas. De lo contrario, después de la muerte tiene lugar el renacimiento. Algunos dicen que la experiencia directa resulta de escuchar al propio maestro de uno; otros dicen que resulta de la reflexión; y aún hay otros que dicen que resulta de la auto-discriminación y también del samadhi. Aunque en la superficie parecen diferentes, fi-nalmente todos éstos significan lo mismo.

El conocimiento sólo puede permanecer inalterado después de que todos los vasanas han sido erradicados.





29 de febrero de 1936



171. D.: Señor, ¿cómo puede ser soltada la garra del ego?

M.: No agregándole nuevos vasanas.

D.: ¡Ninguna suma de japa ha soltado la garra!

M.: ¿Cómo es eso? Se soltará y desaparecerá debidamente.





2 de marzo de 1936



172. El doctor Hand, el caballero norteamericano, preguntó: —¿Hay dos métodos para encontrar la fuente del ego?

M.: No hay dos fuentes y no hay dos métodos. Sólo hay una fuente y sólo hay un método.

D.: ¿Cuál es la diferencia entre meditación e indagación en el Sí mismo?

M.: La meditación sólo es posible si se mantiene el ego. Hay el ego y el objeto sobre el que se medita. El método es indirecto. Mientras que el Sí mismo es solo uno. Al bus-car al ego, es decir, su fuente, el ego desaparece. Lo que queda es el Sí mismo. Este método es el directo.

D.: ¿Entonces, qué tengo que hacer?

M.: Aferrarse al Sí mismo.

D.: ¿Cómo?

M.: Ahora usted es el Sí mismo. Pero usted está confundiendo esta consciencia (o ego) con la consciencia absoluta. Esta identificación falsa se debe a la ignorancia. La ignorancia desaparece junto con el ego. Matar al ego es la única cosa que hay que hacer. La Realización ya está aquí. No se necesita ningún intento de obtener la realización. Pues la realización no es nada externo, no es nada nuevo. Es siempre y por todas partes —aquí y ahora también.







3 de marzo de 1936



173. El señor N. Subba Rao preguntó: —Los visishtadvaitines dicen que Atma Saks-hatkara (la Realización del Sí mismo) es un preludio de Paramatma Sakshatkara (la Realización de Dios). La dificultad parece ser considerable.

M.: ¿Qué es Atma Sakshatkara? ¿Hay dos Atmas para que uno realice al otro? No hay dos sí mismos. Primeramente, obtenga el Atma Sakshatkara, y entonces juzgue lo que sigue.

D.: La Bhagavad Gita dice que hay un Dios cuyo cuerpo está hecho de todas las al-mas.

M.: Todos están de acuerdo en la aniquilación del ego. Pongámonos a trabajar en lo que estamos de acuerdo. Las nanajivatva (las diferentes individualidades) son mencio-nadas también por algunos advaitines. Todo eso es indiferente para la elevación espiritual de uno. Primero realice al Sí mismo, y entonces vea qué hay después.





7 de marzo de 1936



174. El doctor Hand se propone abandonar el Asramam mañana, visitar el Himalaya (Hardwar), regresar aquí, dirigirse a Bombay y embarcar para Egipto, Palestina, Europa y finalmente hacia su país natal, América del Norte.

Quiere ir a la cumbre de la colina y desea que Sri Bhagaván le acompañe. Sri Bha-gaván podría ascender hasta donde lo juzgase conveniente y esperar entonces a que él terminase la escalada —y reunirse con él en un sitio de la colina designado de antemano. Sri Bhagaván sonrió y le preguntó si se había enterado de la experiencia del doctor Beasly.

Doctor Hand: —Él es amigo mío. Me lo contó todo. ¡Fue algo maravilloso! Yo soy mayor que usted, Maharshi. Pero no me abandone como a un número atrasado. Yo pue-do escalar la colina como lo haría un muchacho. ¿Cuándo ascendió usted a la cima la última vez?

M.: Hace unos once años. ¿Qué le dijo el doctor Beasly?

D.: Eso es estrictamente confidencial. Se lo diré todo si usted se queda a solas con-migo.

El Maharshi simplemente sonrió.

D.: ¡Maharshi! ¿Es usted consciente de una hermandad de rishis invisibles?

M.: Si son invisibles, ¿cómo verlos?

D.: En la consciencia.

M.: No hay nada externo en la consciencia.

D.: ¿No hay la individualidad? Yo tengo miedo a perder mi ser individual. ¿No hay en la consciencia la consciencia de ser humano?

M.: ¿Por qué tener miedo a perder la individualidad? ¿Cuál es su estado en el sueño sin sueños? ¿Es usted consciente de su individualidad entonces?

D.: Es posible.

M.: ¿Pero cuál es su experiencia? Si la individualidad estuviera ahí, ¿habría sueño profundo?

D.: Eso depende de la interpretación. ¿Qué dice el Maharshi?

M.: El Maharshi no puede hablar por su experiencia de usted. Él no le hace tragar nada por la fuerza.

D.: Lo sé. Por eso Él me gusta y me gustan tanto Sus enseñanzas.

M.: ¿Realmente, usted no prepara su cama y no está ansioso por perder su individua-lidad en el sueño profundo? ¿Por qué tener miedo a perderla?

D.: ¿Qué es el nirvana del Buddha?

M.: La pérdida de la individualidad.

D.: Tengo miedo de esa pérdida. ¿No puede haber consciencia humana en el nirva-na?

M.: ¿Hay dos sí mismos en ese caso? Considere su experiencia presente del sueño profundo y diga.

D.: Yo quiero pensar que es posible retener la consciencia individual en el nirvana. Tengo miedo de la pérdida de la individualidad.

Más tarde, el interlocutor subió y rodeó la colina y anduvo unos veinticuatro kilóme-tros entre el mediodía y las ocho de la noche. Regresó cansado y pronunció un discurso muy lúcido sobre la agricultura, las condiciones sociales, el sistema de castas, la cualidad espiritual de los indios, etc.





10 de marzo de 1936



175. ¿Qué es mahat?

M.: La luz proyectada de la Consciencia Absoluta. Así como una semilla se hincha antes de brotar, y entonces brota y crece, así también la Consciencia Absoluta proyecta luz, se manifiesta como el ego, y crece como el cuerpo y el universo.



Chit = Absoluto



Mahat = consciencia proyectada (la semilla hinchada)



Ahankara = ego



Manas = mente



—————

↓ ↓

Aham – Idam = cuerpo – mundo



Mayor Chadwick: —¿Es lo mismo que la consciencia cósmica?

M.: Sí, es así antes del nacimiento del ego y del universo. Los comprende a todos. Así como todas las imágenes proyectadas sobre la pantalla son visibles por la luz pro-yectada desde un punto, así también el cuerpo y los demás objetos son todos visibles en esa consciencia reflejada. Por consiguiente, también es la consciencia cósmica.

Asimismo, (en el microcosmos) el cuerpo y todos los demás objetos están contenidos todos en el cerebro. La luz es proyectada sobre el cerebro. Las impresiones del cerebro devienen manifiestas como el cuerpo y los mundos. Debido a que el ego se identifica a sí mismo con las limitaciones, el cuerpo es considerado separado y el mundo es considerado separado.

Estando acostado en su cama en un cuarto cerrado, y con los ojos cerrados, usted sueña con Londres, con sus muchedumbres, y que usted está entre éstas. Un cierto cuer-po es identificado como usted mismo en el sueño. Londres y el resto no pueden haber entrado en el cuarto ni en su cerebro; sin embargo, ese vasto espacio y esa duración de tiempo fueron todos perceptibles para usted. Deben haber sido proyectados desde el cerebro. Aunque el mundo es muy grande y el cerebro muy pequeño, ¿no es motivo de asombro que esa gran creación esté contenida dentro de un ámbito tan pequeño como el cerebro de uno? Aunque la pantalla es limitada, no obstante todas las imágenes del cine pasan por ella y son visibles ahí. Usted no se pregunta cómo una procesión de aconte-cimientos tan larga puede ser manifestada en una pantalla tan pequeña. Similarmente ocurre con los objetos y el cerebro.

D.: Entonces, ¿la consciencia cósmica no es lo mismo que la realización?

M.: La consciencia cósmica está detrás del ego. Puede ser llamada Isvara, y el ego es jiva. También puede decirse que Isvara es el Absoluto. Ahí no hay ninguna diferencia.



Para = Absoluto



Isvara = Consciencia Cósmica (Mahat)

————–

↓ ↓

Jiva – Jagat = Consciencia Individual y el mundo.



La consciencia que penetra incluso a Isvara es lo Absoluto.



176. D.: ¿Qué es la llama que se menciona en el Vichara Sangraha? Se dice que es Atma Jyoti, y a uno se le dirige para que encuentre la realidad detrás de ella.

M.: Los Vedas mencionan a la llama: Tasyas sikhaya madhye paramatma vyavast-hitah. Esa llama ha de ser identificada con la consciencia de yo.





11 de marzo de 1936



177. El señor Frydman había preguntado algo al Swami Ramdas, a lo que éste con-testó que para él no habría más nacimientos. El ingeniero había señalado que no debía haber ninguna ansiedad respecto del renacimiento. Habría el mismo Rama, el mismo Ramdas, la misma búsqueda de Rama y la misma felicidad de la realización, ¿Qué obje-ción podría haber para la repetición de este Rama-Lila? Ramdas había admitido que no podría haber objeción, que habría un goce y un juego. El ingeniero dijo además que Ramdas agregó que había encontrado a Rama sumergido en Él y feliz en esa unión. Ellos son lo mismo, aunque había Ramdas, había Rama, había la unión y había la Felicidad. Eso es eterno. Al decirlo, preguntó qué diría Sri Bhagaván sobre eso.

M.: Todo eso es tan verdadero como los acontecimientos presentes.



178. Más tarde, el mismo caballero dijo que el sueño era un estado de olvido, y que el estado de vigilia era la actividad de la mente. La mente estaba en un estado potencial en el sueño profundo.

M.: ¿No era usted en el sueño profundo?

D.: Sí, yo era. Pero en un estado de olvido. Debe haber un presenciador continuo del olvido y de la mente que dice que «yo» soy en ambos estados.

M.: ¿Quién es este presenciador? Usted habla de «presenciador». Para presenciar debe haber un objeto y un sujeto. Éstos son creaciones de la mente. La idea del presen-ciador está en la mente. Si hubiera el presenciador del olvido, ¿diría, «yo presencio el olvido»? Usted, con su mente, acaba de decir que debe haber un presenciador. ¿Quién era el presenciador? Usted debe responder «yo». Nuevamente, ¿quién es ese «yo»? Us-ted se está identificando con el ego y dice «yo». ¿Es este ego «yo», el presenciador? Es la mente la que habla. La mente no puede ser presenciador de sí misma. Con limitaciones autoimpuestas usted piensa que hay un presenciador de la mente y del olvido. Usted también dice: «Yo soy el presenciador». El que presencia el olvido debe decir: «Yo pre-sencio el olvido». La mente presente no puede arrogarse a sí misma esa posición.

Así pues, toda esa posición deviene insostenible. La consciencia es ilimitada. Al de-venir limitada, simplemente se arroga a sí misma esa posición. Realmente, no hay nada que presenciar. Ella está simplemente SIENDO.



179. D.: Yad gatva na nivartante taddhamaparamam mama. ¿Qué es ese dhama? ¿No es el estado Absoluto más allá de la consciencia cósmica?

M.: Sí.

D.: «Na Nivartante» significaría «no cubierto nuevamente por la ignorancia».

M.: Sí.

D.: ¿No se sigue entonces por inferencia que aquellos que alcanzan la Consciencia Cósmica no han escapado de la garras de la ignorancia?

M.: Eso es lo que se significa cuando se dice que todos los lokas, incluido el Brahma loka, no le liberan a uno del renacimiento. Vea la Bhagavad Gita: «Al llegar a MÍ, no hay ningún renacimiento… Todos los demás están en la esclavitud». Además, mientras que usted piense que hay gati (movimiento) —como lo implica la palabra gatva (habiendo llegado a), —hay también punaravritti (retorno). Además, gati implica su Purvagamanam (nacimiento). ¿Qué es el nacimiento? Es el nacimiento del ego.

Una vez nacido, usted llega a algo; si usted llega a eso, también retorna. Por consi-guiente, ¡deshágase de todo ese palabrerío! Sea como usted es. Vea quién es usted y permanezca como el Sí mismo, libre del nacimiento, de venir, de ir y de retornar.

D.: Es cierto. Por más que esta verdad es escuchada, sin embargo nos elude y noso-tros la olvidamos.

M.: Así es. Los recordatorios son a menudo necesarios.



180. Durante el día se perdió una foto interesante. Sri Bhagaván pareció preocuparse por ello. El señor Frydman le preguntó a Sri Bhagaván cómo consideraba todos estos asuntos. Sri Bhagaván dijo: —Suponga que usted sueña que me está llevando a Polonia. Usted despierta y me pregunta. «He soñado esto y aquello. ¿Soñó usted lo mismo o lo supo? ¿O bien, cómo lo considera usted?»

D.: ¿Pero usted no es consciente de lo que acontece frente a usted?

M.: Todo esto son operaciones de la mente, y las preguntas también.

Entonces, nuevamente, Sri Bhagaván contó un episodio de cuando Sri Rama buscaba a Sita. Parvati preguntó a Siva por qué Rama, el Ser Perfecto, se lamentaba por la pérdida de Sita. Siva dijo que Rama era Perfecto. Si se necesitaba probar y aclarar la Perfección, Parvati podía aparecer como Sita ante Rama y ver qué acontecía. Así lo hizo ella. Rama ignoró su aparición, y siguió llorando «¡Ay, Sita! ¡Ay, Sita!», y caminaba como un ciego sin prestar ninguna atención a Parvati. —(Cf. Diálogo 218).





13 de marzo de 1936



181. Un caballero de Bombay dijo: —En el Ashram de Sri Aurobindo hice a la Ma-dre la siguiente pregunta: «Yo mantengo mi mente vacía sin que surjan pensamientos para que Dios pueda mostrar-Se en Su verdadero Ser. Pero no percibo nada».

La respuesta fue de este tenor: «La actitud es correcta. El Poder descenderá de arri-ba. Es una experiencia directa».

Así pues, el caballero preguntó qué debía hacer.

M.: Sea lo que usted es. No hay nada que tenga que descender o devenir manifiesto. Todo lo que se necesita es perder el ego. Eso es lo que es siempre aquí. Incluso ahora mismo usted es Eso. Usted no es aparte de Eso. El vacío es visto por usted. Usted está ahí para ver el vacío. ¿Qué espera usted? El pensamiento «yo no he visto», la expectativa de ver y el deseo de obtener algo, son todos operaciones del ego. Usted ha caído en las redes del ego. Es el ego quien dice todo esto, no es usted. ¡Sea usted mismo y nada más!



182. M.: Imaginar al Muladhara abajo, al Corazón en el centro, o a la cabeza encima de todos éstos, es completamente erróneo. En una palabra, pensar no es su naturaleza real.



183. M.: En la literatura sagrada se ve lo siguiente: —

«Dicho sin pronunciarlo»

«Mostrado permaneciendo silencioso como siempre», etc.

¿Cuál es esta palabra no hablada? Es sólo el Silencio, el Pranava o los Mahavakyas. A éstos se los llama la Palabra.



184. M.: Leemos un periódico y todos los artículos que hay en él, pero no nos pre-ocupamos de saber nada del papel mismo. Tomamos la paja, pero no la sustancia. El substratum en el que todo esto está impreso es el papel, y, si conocemos el substratum, se conocerá todo lo demás (como la pared y las pinturas).

D.: Usted dijo que sólo el UNO que existe es lo REAL. ¿Qué es ese UNO?

M.: Ese UNO es el Sat, la existencia, que aparece como el mundo, las cosas que vemos, y nosotros mismos.

D.: ¿Qué es el Atman? ¿Hay una finalidad para el Atman?

M.: Primero, aprenda qué es el Atman. Si conocemos esto, entonces podemos inda-gar en cuanto a si tiene una finalidad o no. ¿A qué llama usted Atman?

D.: El jiva es el Atman.

M.: Aprenda qué es el jiva. ¿Cuál es la diferencia entre el jiva y el Atman? ¿El jiva mismo es el Atman, o hay alguna cosa separada como el Atman? Hay un final para lo que usted observa; aquello que es creado tiene una destrucción o un final. Lo que no es creado no tiene ningún fin. Eso que existe no puede ser observado. Es inobservable. Debemos encontrar qué es lo que aparece; la destrucción de eso que aparece es el final.

Eso que existe, existe siempre; eso que aparece nuevo se pierde más tarde.

D.: ¿Qué acontece después del nacimiento en la forma humana? ¿Qué acontece al ji-va?

M.: Sepamos primero lo que nosotros somos. Nosotros no comprendemos lo que no-sotros somos, y hasta que no sabemos lo que nosotros somos, no hay cabida para esas preguntas. (Bhagaván se refiere aquí evidentemente a la confusión del cuerpo como Atman —dehatma buddhi— la cual es la causa de esta confusión de ideas sobre la muer-te y el nacimiento, pues el Atman no tiene nacimiento ni muerte, y no es tocado por los elementos Tierra, Fuego, Aire, Agua, etc.) (Gita II, 11) —Asochyam anvosochas tvam, pro jnavadamscha bhashase, etc.— ¿Qué es eso que ha tenido nacimiento? ¿A quién llama usted hombre? Si en lugar de buscar la explicación de las cuestiones concernientes al nacimiento, a la muerte y al más allá, se formula la pregunta de quién es usted y cómo es usted ahora, estas preguntas no surgirán. Usted es el mismo en los estados de sueño profundo, de sueño con sueños y de vigilia. ¿Es el pensamiento «yo» el jiva, o es el cuerpo el jiva? ¿Es esto pensamiento o naturaleza? ¿O es nuestra naturaleza la expe-riencia que vivimos, etc.? (Cita el sloka de la Gita: Yada te… II, 52).

D.: ¿Por qué es necesario el Atma vichara?

M.: Si usted no hace el Atma vichara, entonces crece el loka vichara. Entonces se busca eso que no es, pero no eso que es autoevidente. Cuando usted ha encontrado lo que busca, vichara (la indagación) también cesa y usted descansa en eso. Mientras uno está confundiendo al cuerpo con el Atman, se dice que el Atman se ha perdido y se dice que uno tiene que buscarlo, pero el ATMAN mismo no se pierde nunca. El Atman existe siempre. Se dice que un cuerpo es el Atman, y se dice que un indriya es Atman; y enton-ces hay el Jivatman y el Paramatman y todo lo demás. Hay mil y una cosas a las que se llaman Atman. La búsqueda del Atman es conocer eso que es realmente el Atman.





SAMADHI: KEVALA Y SAHAJA



185. D.: Yo sostengo que el cuerpo físico del hombre sumergido en el samadhi como resultado de la contemplación ininterrumpida del Sí mismo deviene sin movimiento por esa razón. Puede estar activo o inactivo. La mente fijada en esa contemplación no será afectada por el cuerpo o los sentidos que son sin sosiego. La perturbación de la mente no siempre es el precursor de la actividad física. Otro hombre afirma que la inquietud física impide ciertamente el nirvikalpa samadhi o la contemplación ininterrumpida. ¿Cuál es su opinión? Usted es la prueba acreditada de mi afirmación.

M.: Los dos están en lo cierto; usted se refiere al sahaja nirvikalpa, y la otra persona se refiere al kevala nirvikalpa. En un caso, la mente está inmersa en la Luz del Sí mismo (mientras la misma está en la oscuridad de la ignorancia en el sueño profundo). El sujeto discrimina a uno del otro, —el samadhi, la salida del samadhi, y la actividad posterior, la inquietud del cuerpo, de la vista, de la fuerza vital y de la mente; el conocimiento de los objetos y la actividad constituyen, en su totalidad, obstrucciones para ese hombre.

Sin embargo, en sahaja, la mente se ha disuelto en el Sí mismo y se ha perdido. Por consiguiente, las diferencias y obstrucciones mencionadas arriba no existen aquí. Las actividades de ese ser son como la alimentación de un muchacho soñoliento, perceptible para el espectador (pero no para el sujeto). El conductor dormido en su carro en movi-miento no es consciente del movimiento del carro, debido a que su mente está sumergida en la obscuridad. Similarmente, el sahaja jnani permanece inconsciente de sus acti-vidades corporales porque su mente está muerta —al haberse disuelto en el éxtasis del Chid Ananda (el Sí mismo).

La contemplación es un proceso mental forzado, mientras que el samadhi está más allá del esfuerzo.



Sueño Kevala Sahaja

(1) la mente está viva;

(2) está sumergida en el

olvido (1) la mente está viva;

(2) está sumergida en la Luz;

(3) como un cabo de la soga, dejado en el agua de un pozo;

(4) ha de ser sacado tirando del otro extremo de la soga.

(1) la mente está muerta;

(2) disuelta en el Sí mismo;

(3) como un río que ha des-embocado en el océano y que ha perdido su iden-tidad;

(4) un río no puede ser vuel-to atrás desde el océano.



186. La esencia de la mente es solo presenciación o consciencia. Sin embargo, cuando el ego la domina, funciona como la facultad racional, pensante o perceptiva. La mente cósmica, al no estar limitada por el ego, no tiene nada separado de sí misma y, por consiguiente, es solo presencia. Eso es lo que la Biblia quiere decir con: «Yo soy el que YO SOY».

La mente gobernada por el ego tiene minada su fuerza y es demasiado débil para re-sistir a los pensamientos que la torturan. La mente sin ego es feliz en el sueño profundo, en el sueño sin sueños. Por consiguiente, claramente, la Felicidad y la miseria son solo modos de la mente; pero el modo débil no es fácilmente intercambiable con el modo fuerte. La actividad es debilidad y, por consiguiente, es miserable; la pasividad es fuerza y, por consiguiente, es dichosa. La fuerza dormida no se patentiza y, por tanto, no se vale.

La mente cósmica, manifestándose en algún ser raro, puede efectuar la unión en otros de la mente individual (débil) con la mente universal (fuerte). A ese ser extraordinario se lo llama el GURU o Dios en la manifestación.





19 de mayo de 1936



187. Llegó aquí, procedente de la India francesa, el señor Oliver Lacombe, un francés de mediana edad que visitaba la India como representante del Instituto de la Civilización India de la Universidad de París. Entre otros, había deseado encontrarse con el Maharshi; vino y permaneció aquí alrededor de tres horas. Había leído, en el ori-ginal sánscrito, la Bhagavad Gita, las Upanishads y los Sutras con comentarios de Sri Sankara y Ramanuja.

Preguntó: —¿Es la enseñanza del Maharshi la mismo que la de Sankara?

M.: La enseñanza del Maharshi es sólo una expresión de su propia experiencia y realización. Otros encuentran que concuerda con la de Sri Sankara.

D.: Así es. ¿Puede exponerse de otros modos para expresar la misma realización?

M.: Una persona realizada usará su propio lenguaje. (Sri Bhagaván agregó: —El SI-LENCIO es el mejor lenguaje.)

D.: ¿Qué dice el Maharshi sobre el hatha yoga o las prácticas tántricas?

M.: El Maharshi no critica ninguno de los métodos existentes. Todos son buenos pa-ra la purificación de la mente. Debido a que sólo la mente purificada es capaz de apre-hender su método y adherirse a su práctica.

D.: ¿Cuál es el mejor de los distintos yogas, el Karma, el Jnana, el Bhakti o el Hatha?

M.: Vea la estrofa 10ª del Upadesa Sara. Permanecer en el Sí mismo equivale a to-dos éstos en su sentido más alto.

El Maharshi agregó: —En el sueño sin sueños no hay ningún mundo, ningún ego y ninguna infelicidad. Pero el Sí mismo permanece. En el estado de vigilia hay todos éstos; además hay el Sí mismo. Uno sólo tiene que eliminar los aconteceres transitorios para realizar la beatitud siempre presente del Sí mismo. La naturaleza de usted es Felicidad. Encuentre eso sobre lo que todo el resto se sobreimpone y usted permanece entonces como el puro Sí mismo.

D.: Sí. Eso equivale a la eliminación de las limitaciones ajenas para descubrir al Sí mismo siempre presente. Eso es lo que dice Sankara. No hay ningún logro ni pérdida.

M.: Así es. (Aparte). Él comprende.

D.: ¿Cómo es el trabajo que ha de hacerse ordinariamente por un aspirante?

M.: Sin la autoidentificación con el hacedor. Por ejemplo, ¿se propuso usted visitar este lugar estando en París?

D.: ¡No!

M.: ¿Ve usted cómo está actuando sin intención de hacerlo? La Gita dice que un hombre no puede permanecer sin actuar. El propósito del nacimiento de uno se cumplirá, ya sea que usted lo quiera o no. ¡Que se cumpla ese propósito!

D.: ¿Por qué se mencionan tantos métodos? Por ejemplo, Sri Ramakrishna dice que bhakti es el mejor medio para la salvación.

M.: Eso es según el punto de vista del aspirante. Usted ha estudiado la Gita. Sri Krishna dijo: «Nunca ha habido un tiempo en que yo, y tú y estos reyes no hayamos sido; ni nunca lo habrá en que no seremos en el futuro. Lo que es irreal no existe nunca. Pero lo que es real no desaparece nunca. Todo lo que ha sido siempre, es ahora y será siempre». Además: «Yo enseñé esta Verdad a Aditya; éste la enseñó a Manu, etc.» Ar-juna preguntó: «¿Cómo puede ser eso? Tu has nacido hace unos años, y sólo reciente-mente. ¿Cómo pudiste haber enseñado a Aditya?» Sri Krishna respondió: «Sí. Nosotros hemos tenido varios nacimientos en el pasado. Yo conozco los míos, mientras que tú no conoces los tuyos. Yo te digo lo que aconteció en aquellos nacimientos pasados».

¡Observe! Aquel Krishna que comenzó diciendo que no había yo, ni tú, ni estos re-yes, dice ahora que él ha tenido varios nacimientos antes. Krishna no se contradice a Sí mismo, aunque lo parezca. Krishna se ajusta a la visión de Arjuna, y le habla desde su nivel.

Hay un pasaje paralelo en la Biblia en el que Jesús dice: «Antes de que Abraham fuera, yo soy». Las enseñanzas de los Sabios se ajustan al tiempo, al lugar, a la gente y a otros factores circundantes.

El visitante dijo que lamentaba irse. El Maharshi lo interrumpió, sonriendo: —No hay ningún irse ni ningún retornar.

El francés dijo de inmediato: —Él ha trascendido el tiempo y el espacio.

El francés regresó a Pondicherry.





30 de mayo de 1936



188. En la sala hay una ardilla a la que se tiene como mascota. Habitualmente, se re-tira a su jaula antes que anochezca. Justamente cuando el Maharshi le estaba diciendo a la ardilla que se retirara para la noche, un visitante que había anunciado que había obte-nido la consciencia trascendente sugirió que podría ofrecérsele agua, puesto que proba-blemente estuviera sedienta en esta noche calurosa. Su presunción de comprender a los animales no evocó ninguna respuesta. Entonces, repitió lo dicho. Después de un silencio de unos minutos, el Maharshi dijo: —Probablemente usted esté sediento después de su larga meditación al sol abrasador sobre las rocas calientes y quiera beber un jarro de agua.

D.: Así es. He tomado agua.

M.: La ardilla no está tan sedienta. Debido a que estuvo practicando austeridades bajo el calor del sol, usted debe sentirse sediento. ¿Por qué prescribir eso para la ardilla?

El Maharshi agregó: —Le vi quieto sobre las rocas calientes, cara al sol con los ojos cerrados. Estuve allí un rato pero no quise perturbarle y vine aquí. Estas gentes obran como mejor les place.

D.: No me propuse de antemano lo que hice. Fue espontáneo.

M.: ¡Ah, ya veo! ¡Todo lo que nosotros hacemos, lo hacemos con intención! ¡Usted parece haber trascendido todo!

D.: No es ésta la primera vez que lo hacía. Usted mismo me inspira y me hace hacer todas estas cosas. Sin embargo, usted me pregunta por qué lo hice. ¿Cómo es eso?

M.: Comprendo. Usted está realizando acciones que están controladas por mí. En-tonces, similarmente, también debería considerarse que los frutos son míos y no suyos.

D.: Indudablemente, lo son. Yo no actúo según mi libre albedrío, sino inspirado por usted. Yo no tengo voluntad propia.

M.: ¡Basta de tonterías! ¿Cuál es la diferencia entre ustedes dos?

D.: Yo no veo ninguna diferencia. Pero yo no tengo voluntad, y actúo sin ella.

M.: Usted ha subido a lo alto, por encima de la tendencia común. Nosotros obramos con voluntad personal.

D.: ¿Cómo, señor? Usted ha dicho en una de sus obras que la acción puede ser au-tomática.

M.: ¡Basta! ¡Basta! ¡Usted y otro visitante se comportan como seres trascendentales! Ustedes están plenamente ilustrados. ¡No necesitan aprender más! Yo no habría dicho todo esto si ustedes no hubieran venido aquí frecuentemente. Hagan lo que les plazca. Pero estas excentricidades de la etapa de principiante se conocerán bajo su verdadera luz después de algún tiempo.

D.: ¡Pero yo he estado en este estado durante mucho tiempo!

M.: ¡Ya basta!



189. El señor Cohen, discípulo residente, estaba hablando del método del yoga.

El Maharshi observó: —El primer sutra de Patanjali es aplicable a todos los sistemas de yoga. El objetivo es la cesación de las actividades mentales. Los métodos difieren. Mientras haya esfuerzo efectuado hacia la meta, eso se llama yoga. El esfuerzo es el yoga.

La cesación puede efectuarse de muchas maneras.

1) Examinar la mente misma. Cuando la mente es examinada, sus actividades cesan automáticamente. Éste es el método del jnana. La mente pura es el Sí mismo.

2) Buscar la fuente de la mente es otro método. Puede decirse que la fuente es Dios, el Sí mismo o la consciencia.

3) Concentrarse sobre un solo pensamiento hace que todos los demás pensamientos desaparezcan. Finalmente, ese pensamiento también desaparece; y

4) Hatha Yoga.

Todos los métodos son uno y el mismo puesto que todos tienden a la misma meta.

Es necesario estar consciente mientras se controlan los pensamientos. De lo contrario, eso conducirá al sueño. Esa consciencia, el factor principal, se indica por el hecho de que Patanjali enfatiza pratyahara, dharana, dhyana y samadhi después del pranayama. El pranayama estabiliza a la mente y suprime los pensamientos. Entonces, ¿por qué desarrollarse más? Porque entonces la consciencia es el único factor necesario. Esos estados pueden ser imitados tomando morfina, cloroformo, etc. No llevan a MOKSHA porque falta la consciencia.





3 de junio de 1936



190. Durante la conversación, el Maharshi explicó:

—¿Quién desea la liberación? Todo el mundo sólo quiere la felicidad —la felicidad como se encuentra en el goce de los sentidos. Esta pregunta fue formulada a un Gurú, y éste respondió: «Así es. Esa felicidad que es resultado del goce de los sentidos es la misma que la de la liberación. El deseo de esa liberación es una de las cuatro cualifica-ciones para su obtención. Esto es común a todos. Así pues, todos son candidatos para este conocimiento —el conocimiento del Sí mismo».

De hecho, puede no encontrarse ningún individuo en el mundo que posea todas las cualidades de perfección necesarias para un aspirante, como las que se mencionan en los Yoga Sutras, etc. Sin embargo, la búsqueda del conocimiento del Sí mismo no debe ser abandonada.

Todo el mundo es el Sí mismo por su propia experiencia. Empero, no es consciente, identifica al Sí mismo con el cuerpo, y se siente miserable. Éste es el más grande de todos los misterios. Uno es el Sí mismo. ¿Por qué no permanecer como el Sí mismo y acabar con las miserias?

Al comienzo, a uno tiene que decírsele que él no es el cuerpo, porque piensa que él es solo el cuerpo. Mientras que él es el cuerpo y todo lo demás. El cuerpo es sólo una parte. Que lo sepa finalmente. Primero, debe discernir entre la consciencia y la insenciencia, y ser solo la consciencia. Más tarde, que comprenda que la insenciencia no es aparte de la consciencia.

Esto es discriminación (viveka). La discriminación inicial debe persistir hasta el final. Su fruto es la liberación.



191. El Maharshi observó: —El libre albedrío y el destino son siempre existentes. El destino es el resultado de la acción pasada; concierne al cuerpo. Que el cuerpo actúe como mejor le cuadre. ¿Por qué se preocupa por él? ¿Por qué le presta atención? El libre albedrío y el destino duran mientras dura el cuerpo. Pero la sabiduría (jnana) trasciende a ambos. El Sí mismo es más allá del conocimiento y la ignorancia. Si acontece algo, acontece como resultado de las acciones pasadas de uno, de la voluntad divina y de otros factores.



192. El señor Subba Rao, un visitante de Amalapuram, preguntó:

—¿Cómo controlar la mente?

M.: Apodérese de la mente.

D.: ¿Cómo?

M.: La mente es intangible. De hecho, no existe. La manera más segura de contro-larla es buscarla. Entonces sus actividades cesan.





6 de junio de 1936



193. El señor Jharka, un caballero de la Universidad de Benarés, doctorado en artes y ciencias, dijo que estaba apesadumbrado por el fallecimiento de su esposa y sus hijos. Buscaba la paz de la mente y preguntaba cómo obtenerla.

M.: El nacimiento y la muerte, el placer y el dolor, y, en suma, el mundo y el ego sólo existen en la mente. Si la mente es destruida, todos éstos son destruidos también. Advierta que debe ser aniquilada, no solo hacerla latente. Pues la mente está dormida en el sueño profundo. En el sueño profundo la mente no sabe nada. Sin embargo, al desper-tar, usted es como era antes. No ha habido ningún fin de la aflicción. Pero si se destruye la mente, la aflicción no tendrá ningún soporte y desaparecerá junto con la mente.

D.: ¿Cómo destruir la mente?

M.: Busque a la mente. Al buscarla, ella desaparecerá.

D.: Yo no comprendo.

M.: La mente es sólo un montón de pensamientos. Los pensamientos surgen debido a que hay el pensador. El pensador es el ego. Si el ego es buscado, se desvanecerá au-tomáticamente. El ego y la mente son lo mismo. El ego es el pensamiento-raíz del que surgen todos los demás pensamientos.

D.: ¿Cómo buscar la mente?

M.: Indague dentro. Usted es consciente ahora de que la mente surge de dentro. Así pues, sumérjase dentro y busque.

D.: Yo no comprendo todavía cómo ha de hacerse.

M.: Usted está practicando el control del soplo. El control del soplo mecánico no le llevará a uno a la meta. Es sólo una ayuda. Al hacerlo mecánicamente, cuídese de estar alerta en la mente, recuerde el pensamiento «yo» y busque su fuente. Entonces encon-trará que donde el soplo se sumerge, ahí surge el pensamiento «yo». Ellos se sumergen y emergen juntos. El pensamiento «yo» también se sumergirá junto con el soplo. Si-multáneamente, otro «yo—yo» luminoso e infinito, devendrá manifiesto, el cual será continuo e ininterrumpido. Eso es la meta. Se lo llama por diferentes nombres —Dios, Sí mismo, Kundalini, Sakti, Consciencia, Yoga, Bhakti, Jnana, etc.

D.: Todavía no está claro.

M.: Cuando se haga el intento, ello mismo le llevará a usted a la meta.





9 de junio de 1936



194. Un visitante preguntó sobre los tres métodos mencionados en el Ramana Gita —capítulo II.

El Maharshi señaló que la retención del soplo es una ayuda para controlar la mente, es decir, para la supresión o la aniquilación de los pensamientos. Una persona puede practicar el control del soplo, es decir, la inhalación, la exhalación y la retención o sólo la retención. Sin embargo, otro tipo de meditador practicante, al controlar la mente, con-trola el soplo, y su retención resulta automáticamente. Observar la inhalación y la ex-halación es también control del soplo. Estos métodos son tres solo aparentemente. En realidad, solo hay uno, porque llevan a la misma meta. Sin embargo, se adoptan diferen-temente según la etapa del aspirante y su predisposición o tendencias precedentes. En realidad sólo hay dos métodos: la indagación y la devoción. Uno lleva al otro.

D.: Al buscar el «yo» no hay nada que ver.

M.: Debido a que usted está acostumbrado a identificarse con el cuerpo y a identifi-car la vista con los ojos, por eso dice que no ve nada. ¿Qué es lo que hay que ver? ¿Quién tiene que ver? ¿Cómo ver? Sólo hay una consciencia que, al manifestarse como el pensamiento «yo», se identifica con el cuerpo, se proyecta a través de los ojos y ve los objetos alrededor. El individuo está limitado en el estado de vigilia y espera ver algo diferente. La evidencia de sus sentidos será el sello de autoridad. Pero no admitirá que el veedor, lo visto y la visión son todos manifestaciones de la misma consciencia —a saber, «yo—yo». La contemplación le ayuda a uno a vencer la ilusión de que el Sí mismo debe ser visual. En verdad, no hay nada visual. ¿Cómo siente usted el «yo» ahora? ¿Se pone un espejo ante usted para conocer a su propio ser? La consciencia es el «yo». Compréndalo, y eso es la verdad.

D.: Al indagar en el origen de los pensamientos hay una percepción de «yo». Pero eso no me satisface.

M.: Muy bien. La percepción de «yo» está asociada con una forma, quizás el cuerpo. No debe asociarse nada con el puro Sí mismo. El Sí mismo es la Realidad pura e inaso-ciada, en cuya luz brillan el cuerpo, el ego, etc. Al aquietarse todos los pensamientos, queda la consciencia pura.

Justo al despertar del sueño profundo y antes de devenir consciente del mundo, hay ese «yo—yo» puro. Aférrese a él sin dormitar y sin permitir que los pensamientos le posean. Si eso es aferrado firmemente, no importa que se vea el mundo. El veedor per-manece inafectado por los fenómenos.



195. Hoy han llegado Gui y Shirin Byramji, dos señoras parsis de Ahmedabad. Por la noche hablaron al Maharshi: —¡Bhagaván! Nosotros hemos tenido inclinaciones es-pirituales desde nuestra niñez. Hemos leído varios libros sobre filosofía, y somos atraídos por el Vedanta. Por eso leímos las Upanishads, el Yoga Vasishtha, la Bhagavad Gita, etc. Tratamos de meditar, pero no hay ningún progreso en nuestra meditación. No comprendemos cómo realizar. ¿Puede usted ayudarnos hacia la realización?

M.: ¿Cómo medita usted?

D.: Comienzo por preguntarme: «¿Quién soy yo?», para eliminar el cuerpo como no «yo», el soplo como no «yo», y la mente como no «yo» y no soy capaz de seguir más allá.

M.: Bien, eso es en lo que atañe al intelecto. Su proceso es sólo intelectual. En ver-dad, todas las escrituras mencionan al proceso sólo para guiar al buscador a conocer la Verdad. La Verdad no puede ser señalada directamente. De ahí este proceso intelectual.

Vea, el que elimina todos los no yo, no puede eliminar al «yo». Para decir «yo no soy esto» o «yo soy eso» debe estar el «yo». Este «yo» es solo el ego, o el pensamiento «yo». Después del surgimiento de este pensamiento «yo», surgen todos los demás pen-samientos. Por consiguiente, el pensamiento «yo» es el pensamiento-raíz. Si se arranca la raíz, se arrancan al mismo tiempo todos los demás. Por consiguiente, busque la raíz «yo», pregúntese a usted misma: «¿Quién soy yo?»; encuentre su fuente. Entonces, todo esto se desvanecerá, y el puro Sí mismo permanecerá siempre.

D.: ¿Cómo hacerlo?

M.: El «yo» está siempre aquí —en el sueño profundo, en el sueño con sueños y en la vigilia. El que está en el sueño profundo es el mismo que el que habla ahora. Hay siempre la sensación de «yo». ¿Acaso niega usted su existencia? No la niega. Usted dice: «yo soy». Encuentre quién es.

D.: Aún así, no comprendo. «Yo», dice usted, es el «yo» falso ahora. ¿Cómo elimi-nar este «yo» falso?

M.: Usted no necesita eliminar al «yo» falso. ¿Cómo puede «yo» eliminarse a sí mismo? —Todo lo que necesita es encontrar su origen y permanecer ahí. Sus esfuerzos sólo pueden extenderse hasta ahí. Entonces, el Más Allá cuidará de sí mismo. Ahí usted está desamparado. Ningún esfuerzo puede alcanzarlo.

D.: Si «yo» soy siempre —aquí y ahora, ¿por qué no lo siento así?

M.: Eso es. ¿Quién dice que no se siente? ¿Lo dice el «yo» real o el «yo» falso? Examínelo. Encontrará que es el «yo» falso. El «yo» falso es la obstrucción. Tiene que ser eliminado para que el «yo» verdadero no pueda ser ocultado. La sensación de que yo no he realizado es la obstrucción a la realización. De hecho, ya está realizado; no hay nada más que realizar. De lo contrario, la realización será nueva; no ha existido hasta aquí, y debe tener lugar después. Lo que nace, morirá. Si la realización no es eterna, no vale la pena obtenerla. Por consiguiente, lo que buscamos no es algo que debe acontecer como si fuera nuevo. Es sólo eso que es eterno, pero que ahora no se conoce debido a las obstrucciones; eso es lo que buscamos. Todo lo que necesitamos hacer es eliminar la obstrucción. Eso que es eterno no se conoce que es eterno debido a la ignorancia. La ignorancia es la obstrucción. Deshágase de esta ignorancia y todo irá bien.

La ignorancia es idéntica al pensamiento «yo». Encuentre su fuente y se desvanecerá.

El pensamiento «yo» es como un espíritu que, aunque no es palpable, surge simultá-neamente con el cuerpo, florece y desaparece con él. La consciencia del cuerpo es el «yo» falso. Abandone esta consciencia del cuerpo. Esto se hace buscando la fuente del «yo». El cuerpo no dice «yo soy». ¡Es usted quien dice «yo soy el cuerpo»! Encuentre quién es este «yo». Al buscar su fuente, se desvanecerá.

D.: Entonces, ¿habrá felicidad?

M.: La Felicidad es simultánea con el Ser-Consciencia. Todos los argumentos rela-tivos al Ser eterno de esa Felicidad se aplican también a la Felicidad. Su naturaleza es Felicidad. La ignorancia está ocultando ahora esa Felicidad. Elimine la ignorancia para que la Felicidad sea liberada.

D.: ¿No debemos encontrar la realidad última del mundo, del individuo y de Dios?

M.: Todos éstos son concepciones del «yo». Sólo surgen después del advenimiento del pensamiento «yo». ¿Pensó usted en ellos en su sueño profundo? Usted existía en el sueño profundo, y el mismo usted está hablando ahora. Si esas concepciones fueran re-ales, ¿no estarían también en su sueño profundo? Esas concepciones sólo dependen del pensamiento «yo». Asimismo, ¿le dice a usted el mundo: «yo soy el mundo»? ¿Le dice a usted el cuerpo: «yo soy el cuerpo»? Es usted quien dice: «éste es el mundo», «éste es el cuerpo», y así sucesivamente. Así pues, éstos son sólo sus concepciones. Averigüe quién es usted y todas sus dudas terminarán.

D.: ¿Qué ocurre con el cuerpo después de la realización? ¿Existe o no? Nosotros vemos a los seres realizados actuar como los demás.

M.: Esta pregunta no es necesario hacerla ahora. ¡Que se haga después de la realiza-ción, si necesita hacerse! En cuanto a los seres realizados, deje que cuiden de sí mismos. ¿Por qué preocuparse por ellos?

De hecho, después de la realización, el cuerpo y todo lo demás no aparecerán dife-rentes del Sí mismo.

D.: Puesto que Dios es siempre Ser-Consciencia-Felicidad, ¿por qué nos pone en di-ficultades? ¿Por qué nos ha creado?

M.: ¿Acaso viene Dios y le dice que le ha puesto a usted en dificultades? Es usted quien lo dice. Se trata nuevamente del «yo» falso. Si desaparece, no habrá nadie para decir que Dios ha creado esto o aquello.

Eso que es, ni siquiera dice «yo soy». Porque, ¿acaso surge la duda de que «yo no soy»? Sólo en ese caso uno debería estarse recordando: «yo soy un hombre». Pero uno no lo hace. Por otra parte, si surge una duda sobre si el hombre es una vaca o un búfalo, ¿tiene que recordarse que él no es una vaca, etc., sino «yo soy un hombre»? Esto no ocurre nunca. Similarmente ocurre con la propia existencia y realización de uno.





10 de junio de 1936



196. Algunas señoras preguntaron si hay renacimiento de un hombre como un animal más bajo.

M.: Sí. Es posible, como lo ilustrara Jada Bharata —la anécdota de las escrituras re-lativa a un sabio real que había renacido como un ciervo.

D.: ¿Es capaz el individuo de progreso espiritual en el cuerpo de un animal?

M.: No es improbable, aunque es sumamente raro.

D.: ¿Qué es la Gracia del Gurú? ¿Cómo opera?

M.: El Gurú es el Sí mismo.

D.: ¿Cómo lleva a la realización?

M.: Isvaro gururatmeti… (Dios es lo mismo que el Gurú y el Sí mismo…). Una persona comienza con insatisfacción. No contenta con el mundo, busca la satisfacción de los deseos con plegarias a Dios; entonces su mente se purifica; entonces anhela conocer a Dios más que satisfacer sus deseos carnales. Entonces comienza a manifestarse la Gracia de Dios. Dios toma la forma de un Gurú y se aparece al devoto; le enseña la Verdad; purifica la mente con sus enseñanzas y su contacto; la mente gana fuerza, es capaz de volverse hacia adentro; con la meditación se purifica todavía más, y, eventualmente, permanece quieta sin la más mínima agitación. Esa quietud es el Sí mismo. El Gurú es a la vez exterior e interior. Desde el exterior, el Gurú da un impulso a la mente para que se vuelva hacia adentro; desde el interior tira de la mente hacia el Sí mismo y la ayuda a obtener la quietud. Eso es la Gracia.

De ahí que no hay diferencia entre Dios, el Gurú y el Sí mismo.



197. Las señoras hicieron más tarde varias preguntas relativas a su presente incapa-cidad para realizar lo ya realizado, el Sí mismo eterno. El signo de la Realización sería la Felicidad, la cual estaba ausente.

El Maharshi dijo: —Hay sólo una consciencia. Pero hablamos de varios tipos de consciencia, como la consciencia del cuerpo o la consciencia del Sí mismo. Son sólo estados relativos de la misma consciencia Absoluta. Sin consciencia, el tiempo y el es-pacio no existen. Ellos aparecen en la consciencia. Es como una pantalla sobre la cual éstos son proyectados como imágenes y se mueven como en una película de cine. La consciencia Absoluta es nuestra naturaleza real.

D.: ¿De dónde surgen estos objetos?

M.: Justamente de donde surge usted. Conozca al sujeto primero y entonces pregun-te sobre el objeto.

D.: Eso es sólo un aspecto de la cuestión.

M.: El sujeto comprehende al objeto también. Ese único aspecto es un aspecto om-nicomprehensivo. Véase a usted misma primero y entonces vea los objetos. Lo que no está en usted, no puede aparecer fuera.

D.: Yo no estoy satisfecha.

M.: La satisfacción sólo puede ser cuando usted llega a la fuente. De lo contrario, existe la inquietud.

D.: ¿Es el Ser Supremo con o sin atributos?

M.: Conozca primero si usted es con o sin atributos.

D.: ¿Qué es el samadhi?

M.: La propia naturaleza verdadera de uno.

D.: ¿Por qué es entonces necesario el esfuerzo para alcanzarlo?

M.: ¿De quién es el esfuerzo?

D.: El Maharshi sabe que yo soy ignorante.

M.: ¿Sabe usted que es ignorante? El conocimiento de la ignorancia no es ignorancia.

Todas las Escrituras tienen como único objetivo investigar si hay dos consciencias. La experiencia de cada uno prueba la existencia de una única consciencia. ¿Puede esa consciencia dividirse a sí misma en dos? ¿Se siente alguna división en el Sí mismo? Al despertar del sueño profundo uno encuentra que es el mismo tanto en el estado de vigilia como en el estado de sueño profundo. Esa es la experiencia de cada uno. La diferencia radica en la búsqueda, en la perspectiva. Esta diferencia surge porque imagina que usted, el veedor, está separado de la experiencia. La experiencia demuestra que su ser es el mismo siempre.

D.: ¿De dónde vino la ignorancia?

M.: No hay ninguna cosa tal como la ignorancia. La ignorancia no surge nunca. Cada uno es el Conocimiento mismo. Sólo que el Conocimiento no brilla fácilmente. La disipación de la ignorancia es la Sabiduría, la cual existe siempre: por ejemplo, el collar que permanece alrededor del cuello aunque se supone que se ha perdido, o cada uno de los diez necios que no se contaban a sí mismo y que sólo contaban a los demás. ¿Para quién es el conocimiento o la ignorancia?

D.: ¿No podemos avanzar desde lo externo a lo interno?

M.: ¿Hay alguna diferencia como esa? ¿Siente usted la diferencia —externo e inter-no— en su sueño profundo? Esta diferencia es sólo con referencia al cuerpo y surge con la consciencia del cuerpo (el pensamiento «yo»). El presunto estado de vigilia es él mismo una ilusión.

Vuelva su visión hacia adentro y entonces la totalidad del mundo estará llena del Espíritu Supremo. Se dice que el mundo es ilusión. La ilusión es realmente la Verdad. Incluso las ciencias materiales rastrean el origen del universo en alguna materia primor-dial única —sutil, sumamente sutil.

Dios es el mismo para aquellos que dicen que el mundo es real y para sus oponentes. Su perspectiva es diferente. Usted no necesita enredarse en tales discusiones. La meta es una sola y la misma para todos. Búsquela.





14 de junio de 1936



198. El señor Cohen deseaba una explicación del término «Luz resplandeciente» usado por Paul Brunton en el último capítulo de La India Secreta.

Maharshi: Puesto que la experiencia es sólo a través de la mente, primero aparece como un resplandor de luz. Las predisposiciones mentales todavía no están destruidas. Sin embargo, la mente está funcionando en su capacidad infinita en esta experiencia.

En cuanto al nirvikalpa samadhi, es decir, el samadhi de la no diferenciación (reposo indiferenciado, supremo y beatífico), consiste en la consciencia pura, que es capaz de iluminar el conocimiento o la ignorancia; también está más allá de la luz y la oscuridad. Que no es oscuridad, es cierto; ¿puede decirse no obstante que no es luz? En el momento presente, los objetos se perciben sólo en la luz. ¿Es erróneo decir que la realización del Sí mismo de uno requiere una luz? Aquí luz significaría la consciencia que se revela sólo como el Sí mismo.

Se dice que los yogis ven «fotismos» de colores y luces antes de la Realización del Sí mismo por la práctica del yoga.

En una ocasión, la Diosa Parvati practicó austeridades para realizar lo Supremo. Vio algunos tipos de luz. Ella las rechazó porque emanaban del Sí mismo, dejando al Sí mismo como estaba antes. Ella determinó que no eran lo supremo. Continuó Sus auste-ridades y experimentó una luz ilimitada. Determinó que esto era también sólo un fenó-meno y no la Realidad Suprema. Sin embargo, continuó Sus austeridades hasta que ob-tuvo la paz trascendental. Comprendió que eso era lo Supremo, y que el Sí mismo era la única Realidad.

La Taittiriya Upanishad dice: «Busca al Brahman a través de la penitencia». Y más adelante: «La penitencia es el Brahman». Otra Upanishad dice: «Eso mismo es peniten-cia que, a su vez, está hecha de sabiduría sólo». «Ahí el sol no brilla, ni la luna, ni las estrellas, ni el fuego; todos éstos brillan sólo por Su luz».



199. Las señoras parsis pidieron una ilustración que explicara por qué el Sí mismo, aunque siempre presente e intimísimo, no está siendo realizado.

El Maharshi citó las historias de (1) Svakanthabharanam katha —la historia del collar que estaba en el cuello sin ser detectado; (2) Dasama —la historia de los diez necios que sólo contaban nueve, omitiendo cada uno contarse a sí mismo; (3) la historia del cachorro de león, criado en un rebaño de cabras; (4) la historia de Karna, que no conocía su linaje regio; y (5) la historia del hijo de un rey, criado en una familia de clase baja.

Las señoras pidieron después la opinión del Maharshi sobre el Yoga de Sri Aurobin-do, y sobre su pretensión de haber superado las experiencias de los rishis védicos, y sobre la opinión de la Madre de que los discípulos de ella estaban capacitados como para comenzar con la realización de los rishis upanishádicos.

M.: Aurobindo aconseja la entrega completa. Hagamos primero eso y aguardemos los resultados, y discutámoslo más adelante, si fuera necesario; después, no ahora. No hay ninguna utilidad en discutir las experiencias trascendentales por aquellos que no se han despojado de sus limitaciones. Aprenda qué es la entrega. Es sumergirse en la fuente del ego. El ego se entrega al Sí mismo. Todo nos es querido debido al amor del Sí mismo. El Sí mismo es eso a lo que entregamos nuestro ego; y que el Poder Supremo, es decir, el Sí mismo, haga lo que quiera. El ego ya es del Sí mismo. Nosotros no tenemos ningún derecho sobre el ego, ni siquiera como él es. Sin embargo, suponiendo que los tuviéra-mos, debemos entregarlos.

D.: ¿Qué hay sobre hacer descender desde lo alto la consciencia divina?

M.: ¡Cómo si la consciencia divina no estuviera ya en el Corazón! «¡Oh Arjuna, yo estoy en la expansión del Corazón!», dice Sri Krishna. «El que está en el sol, está tam-bién en este hombre», dice un mantra de las Upanishads. «El Reino de Dios está de-ntro», dice la Biblia. Así pues, todos están de acuerdo en que Dios está dentro. ¿Qué hay que hacer descender? ¿De dónde? ¿Quién ha de hacer descender qué, y por qué?

La realización es sólo la eliminación de los obstáculos al reconocimiento de la Rea-lidad eterna e inmanente. La Realidad es. No se necesita llevarla de un lugar a otro.

D.: ¿Qué hay sobre la pretensión de Aurobindo de comenzar desde la Realización del Sí mismo y desarrollarla más allá?

M.: Primero realicemos y después veamos.

Entonces, el Maharshi comenzó a hablar de teorías similares: los Visishtadvaitins di-cen que primero se realiza al Sí mismo, y que el alma individual realizada se entrega al alma universal. Sólo entonces la realización es completa. La parte se entrega al todo. Eso es liberación y sayujya, unión. La simple Realización del Sí mismo se detiene al aislar el Sí mismo puro, dice el Visishtadvaita.

Los siddhas dicen que el que deja su cuerpo detrás como un cadáver no puede alcan-zar mukti, y que renace. Sólo aquéllos cuyos cuerpos se disuelven en el espacio, en la luz o lejos de la vista, alcanzan la liberación. Los advaitines de la escuela de Sankara se detienen en la Realización del Sí mismo, y esto no es el final, dicen los siddhas.

Hay también otros que ensalzan sus propias teorías favoritas como las mejores, por ejemplo, Venkataswami Rao de Kumbakonam, Brahmananda Yogi de Cuddappah, etc.

El hecho es éste: La Realidad es. No es afectada por ninguna discusión. Así pues, moremos como la Realidad y no nos prestemos a discusiones fútiles sobre su naturaleza, etc.





15 de junio de 1936



200. Un caballero de apariencia triste, procedente del Punjab, se anunció al Maharshi como habiendo sido dirigido a él por Sri Sankaracharya de Kamakotipitam, de Jalesvar, cerca de Puri, en Jagannath. El caballero ha recorrido el mundo. Ha practicado Hatha Yoga y algo de contemplación, siguiendo los lineamientos de «yo soy el Brahman». En breves momentos prevalece un vacío, su cerebro se acalora y tiene miedo de la muerte. Quiere la guía del Maharshi.

M.: ¿Quién ve el vacío?

D.: Yo sé que yo lo veo.

M.: La consciencia que ve el vacío es el Sí mismo.

D.: Eso no me satisface. Yo no puedo realizarlo.

M.: El miedo de la muerte es sólo después de que surge el pensamiento «yo». ¿A la muerte de quién tiene miedo usted? ¿Para quién es el miedo? Hay la identificación del Sí mismo con el cuerpo. Mientras haya esta identificación, habrá miedo.

D.: Pero yo no soy consciente de mi cuerpo.

M.: ¿Quién dice que no es consciente?

D.: No comprendo.

Entonces se le pidió que dijera cuál era exactamente su método de meditación. Él di-jo: —Aham Brahmasmi («yo soy el Brahman»).

M.: «Yo soy el Brahman» es sólo un pensamiento. ¿Quién lo dice? El Brahman mismo no lo dice. ¿Qué necesidad hay para Él de decirlo? Tampoco lo dice el «yo» real. Pues «yo» permanece siempre como el Brahman. Estar diciendo eso es sólo un pensa-miento. ¿De quién es el pensamiento? Todos los pensamientos son del «yo» irreal, es decir, del pensamiento «yo». Permanezca sin pensar. Mientras haya pensamiento, habrá miedo.

D.: Mientras sigo pensando en eso hay olvido, el cerebro se acalora y tengo miedo.

M.: Sí, la mente está concentrada en el cerebro, y de aquí que usted tenga una sensa-ción de calor ahí. Eso se debe al pensamiento «yo». Mientras haya pensamiento, habrá olvido. Hay el pensamiento «yo soy el Brahman»; sobreviene el olvido; entonces surge el pensamiento «yo» y simultáneamente el miedo de la muerte también. El olvido y el pensamiento son sólo para el pensamiento «yo». Apodérese de él y desaparecerá como un fantasma. Lo que queda es el «yo» real. Eso es el Sí mismo. «Yo soy el Brahman» es una ayuda a la concentración. Desaloje a los otros pensamientos. Sólo persiste ese único pensamiento. Vea de quién es ese pensamiento. Se encontrará que es de «yo». ¿De dónde es el pensamiento «yo»? Indáguelo. El pensamiento «yo» se desvanecerá. El Sí mismo Supremo brillará por sí mismo. No se necesita ningún esfuerzo más.

Cuando sólo quede el único «yo» Real, entonces no se dirá «yo soy el Brahman». ¿Acaso un hombre repite constantemente «yo soy un hombre»? A menos que sea desa-fiado, ¿por qué debe declararse como un hombre? ¿Acaso se confunde uno mismo con un animal, para que deba decirse: «No. Yo no soy un animal; yo soy un hombre»? Simi-larmente, puesto que sólo el Brahman o «yo» es, no hay nadie para desafiar-Le, y así no hay ninguna necesidad de estar repitiendo: «yo soy el Brahman».





17 de junio de 1936



201. El Señor Varma, Secretario de Finanzas del Departamento de Correos y Telé-grafos de la ciudad de Delhi, ha leído las obras de Paul Brunton, tituladas La India Se-creta y El Sendero Secreto. Perdió a su esposa con la que había tenido una vida feliz durante unos once o doce años. En su pesar busca consuelo. No encuentra consuelo le-yendo libros: quiere hacerlos pedazos. No tiene intención de hacer preguntas. Simple-mente quiere estar sentado aquí y obtener el consuelo que pueda en la presencia del Ma-harshi.

El Maharshi, como si siguiera un hilo de pensamientos, habló entonces de esta ma-nera: —Se dice que «la esposa es la mitad del cuerpo de uno». Así pues, su muerte es muy dolorosa. Sin embargo, este dolor se debe a la propia consideración de uno como un ser físico; desaparece si la comprensión de uno es la del Sí mismo. La Brahadaranyaka Upanishad dice: «La esposa es querida debido al amor del Sí mismo». Si la esposa y los demás son identificados con el Sí mismo, ¿cómo surgirá entonces el dolor? No obstante, esos desastres conmueven también a la mente de los filósofos.

Nosotros somos felices en el sueño profundo. Entonces permanecemos como el Sí mismo puro. Justamente ahora nosotros somos lo mismo. En ese sueño profundo no había ninguna esposa ni los otros, y ni siquiera «yo». Ellos devienen visibles ahora y hacen surgir el placer o el dolor. ¿Por qué el Sí mismo, que era feliz en el sueño profun-do, no continúa su feliz naturaleza incluso ahora? La única obstrucción a esa continuidad es la falsa identificación del Sí mismo con el cuerpo.

La Bhagavad Gita dice: «Lo irreal no tiene ningún ser; lo real no cesa de ser nunca; la verdad sobre ambos ha sido percibida por los veedores de la esencia de las cosas». «Lo real es siempre real, lo irreal es siempre irreal». Asimismo: «Él no nace, ni muere; ni, habiendo sido, cesa nunca de “ser”; innacido, perpetuo, antiguo eterno, él no es matado cuando es matado el cuerpo». Por consiguiente, no hay nacimiento ni muerte. La vigilia es nacimiento, y el sueño es muerte.

¿Estaba la esposa con usted cuando iba a la oficina, o en su sueño profundo? Ella es-taba lejos de usted. Usted estaba satisfecho porque pensaba que ella estaba en alguna parte. Mientras que ahora usted piensa que ella ya no es. La diferencia radica en los di-ferentes pensamientos. Esa es la causa del dolor. El dolor es debido al pensamiento del no ser de su esposa. Todo esto es la fechoría de la mente. Es esa amiga (es decir, la mente) la que crea el dolor para sí misma incluso cuando hay placer. Tanto el placer como el dolor son creaciones de la mente.

Además, ¿por qué llorar a los muertos? Ellos están libres de la esclavitud. La aflic-ción es la cadena forjada por la mente para atarse a sí misma a los muertos.

«¿Qué pasa si alguien muere? ¿Qué pasa si alguien se arruina? Muera usted mismo —arruínese usted mismo». En ese sentido, no hay ninguna aflicción después de la muerte de uno. ¿Qué se entiende por este tipo de muerte? La aniquilación del ego, aunque el cuerpo esté vivo. Si el ego persiste, el hombre tiene miedo de la muerte. El hombre llora la muerte de otros. No necesita llorar si muere antes que ellos (despertando del sueño del ego, lo cual equivale a matar el sentido del ego). La experiencia del sueño profundo enseña claramente que la felicidad consiste en ser sin el cuerpo. Los sabios también con-firman esto cuando hablan de la liberación después de que el cuerpo es abandonado. Así pues, el sabio está esperando despojarse del cuerpo. Así como el obrero que lleva una carga sobre su cabeza para ganar su salario, lleva el fardo sin ningún placer, lo transporta hasta su destino y finalmente lo descarga con alivio y alegría, así también el sabio lleva este cuerpo, esperando el momento debido y destinado para desecharlo. Si ahora usted está aliviado de la mitad del fardo, es decir, de la esposa, ¿no debe usted estar agradecido y ser feliz?

Sin embargo, usted no puede serlo debido a su perspectiva física.

¡Incluso hombres que deberían saber más y que han conocido la enseñanza sobre la liberación después de la muerte, etc., glorifican la liberación junto con el cuerpo y hacen llamada a algún poder misterioso para que mantenga el cuerpo eternamente vivo!

No habrá ningún dolor si la perspectiva física es abandonada y si la persona existe como el Sí mismo. Afligirse no es el indicio del amor verdadero. Delata al amor del objeto, de su forma únicamente. Eso no es amor. El amor verdadero se muestra por la certeza de que el objeto del amor está en el Sí mismo, y que nunca puede devenir no existente. (A este respecto, el Maharshi citó la historia de Ahalya e Indra, del Yoga Va-sishta).

Sin embargo, es cierto que, en esas ocasiones, el dolor sólo puede ser mitigado por la asociación con los sabios.





18 de junio de 1936



202. El Maharshi habló sobre la Iluminación del Sí mismo: El concepto «yo» es el ego. La Iluminación de yo es la Realización del Sí mismo Real. Está brillando siempre como «yo—yo» en la envoltura intelectual. Es Conocimiento puro; el conocimiento relativo es sólo un concepto. La felicidad de la envoltura de felicidad es también sólo un concepto. A menos que haya la experiencia, por sutil que sea, uno no puede decir: «He dormido felizmente». Desde su intelecto, uno habla de su envoltura de felicidad. La felicidad del sueño profundo es sólo un concepto para esa persona, lo mismo que el inte-lecto. Sin embargo, el concepto de experiencia es enormemente sutil en el sueño pro-fundo. La experiencia no es posible sin el conocimiento simultáneo de ella (es decir, el conocimiento relativo).

La naturaleza inherente del Sí mismo es la Felicidad. Ha de admitirse algún tipo de conocimiento, incluso en la realización de la Felicidad Suprema. Puede decirse que es más sutil que lo más sutil.

La palabra vijnana (conocimiento claro) se usa tanto para denotar la Realización del Sí mismo como el conocimiento de los objetos. El Sí mismo es sabiduría. Funciona de dos maneras. Cuando se asocia con el ego, el conocimiento es objetivo (vijnana). Cuan-do se desviste del ego y se realiza el Sí mismo Universal, también se llama vijnana. La palabra suscita un concepto mental. Por consiguiente, nosotros decimos que el Sabio Autorrealizado conoce por su mente, pero su mente es pura. También, decimos que la mente que vibra es impura, y que la mente serena es pura. La mente pura es ella misma el Brahman; por consiguiente, se sigue que el Brahman no es otro que la mente del sabio.

La Mundaka Upanishad dice: «El conocedor del Brahman deviene el Sí mismo del Brahman». ¿No es cómico? ¿Conocer-Le y devenir-Le? Son meras palabras. El sabio es el Brahman: eso es todo. El funcionamiento de la mente es necesario para comunicar su experiencia. Se dice que él está contemplando la expansión ininterrumpida. También se dice que el Creador, Suka y otros no se apartan nunca de esa contemplación.

Esa «contemplación» es nuevamente una mera palabra. ¿Cómo ha de contemplarse eso a menos que esté dividido (en el contemplador y lo contemplado)? Cuando no está dividido, ¿cómo es posible la contemplación? ¿Qué función podrá tener lo Infinito? ¿Acaso decimos que un río después de su desembocadura en el océano ha devenido un río de apariencia oceánica? ¿Por qué debemos hablar entonces de la contemplación que ha devenido ininterrumpida, como si fuera la del Infinito ininterrumpido? Esta afirma-ción debe comprenderse en el espíritu en el que se hace. Significa la submersión en lo Infinito.

La Iluminación del Sí mismo o la Realización del Sí mismo es similar a esto. El Sí mismo está brillando siempre. ¿Qué significa entonces esta «Iluminación de yo»? La expresión es una admisión implícita de la función de la mente.

Los dioses y los sabios experimentan lo Infinito continua y eternamente, sin que su visión sea obscurecida en ningún momento. Los espectadores suponen que sus mentes están funcionando; pero, de hecho, no funcionan. Esa suposición se debe al sentido de individualidad en aquellos que tienen tales inferencias. No hay ninguna función mental en ausencia de la individualidad. Las funciones de la individualidad y la mente son co-existentes. Una no puede permanecer sin la otra.

La luz del Sí mismo sólo puede experimentarse en la envoltura intelectual. Por tanto, el vijnana de cualquier tipo (del objeto o del Sí mismo) depende de que el Sí mismo sea Conocimiento Puro.