domingo, 20 de abril de 2008

LA DIALÉCTICA SUJETO-OBJETO


El denominado pensamiento complejo, en alguna parte o de algún modo, está conectado y conectando TODO EN UNO y UNO EN TODO. El principio de UNIDAD EN LA DIVERSIDAD, tan alegado como principio espiritual como en el materialismo cognitivo o intelectivo, sigue siendo válido.

La idea que postula este comentario no es otra que todas las relaciones humanas, internas o externas se pueden ver o reflejar en un doble espejo (antigua idea denominada "Maya"). El espejo exterior, (Maya para los hinduistas, o Ilusión) o el espejo interior.
La relación sujeto-objeto, es una de las más complejas relaciones que la psicología tradicional no ha podido comprender o explicar, puesto que su “objeto” rayaba en el Espíritu, lo tocaba o lo atravesaba, o en el Ser (Yo soy el que yo soy, dijo Jesús, y cuya expresión se refiere tanto en los textos hinduistas como bíblicos). La pregunta “pienso luego existo”, abría una pequeña puerta del racionalismo humano, un estrecho punto de mira sobre el Ser. En la filosofía moderna encontramos expresiones como “Espíritu Objetivo” (¿qué es el espíritu objetivo, no es siempre subjivo el espíritu, intangible, etéreo? ¿el espíritu objetivo no es la naturaleza, la creación, el universo?.
Nadie discute que la Filosofía sea una ciencia, o una de las primeras ciencias, la que ha descubierto y permitido al Hombre, adquirir un eslabón como “sapiens”, y allegado a un cierto nivel de conocimiento intelectivo, racional o cognitivo, sin embargo, la vida o mejor la VIDA se desarrolla muy al margen de la cognición meramente intelectiva.

Por efecto de la evolución, parece que el ser humano –como especie animal algo más desarrollada- ha empezado a “hacer cultura”, “hacer sociedad”, “hacer conocimiento”, sin embargo, no existe OBJETO QUE NO SEA UN MERO PREDICADO DEL SUJETO HABLANTE, PARLANTE, O PENSANTE, en primer término, pero en el fondo, tal vez de un sujeto ontológico más amplio, universal y cósmico que el simple "yo humano".

Si nos centramos en los contenidos que de modo general o estándar se vierten o postulan como objetivables, vemos que no son aprensibles por los meros sentidos físicos. Así cuando un científico centra su atención, en la materia desde el prisma o idea del microscópico (al igual que es macroscopio, o visión del universo o cósmica), su Mente-intelecto no se quiebra en ver que el salto dimensional al que va dirigido no es perceptible desde el sentido vista, ni desde el sentido tacto, ni desde el sentido olfato o gusto. Sin embargo es perceptible desde su mente, uno de los sentidos, por así decirlo, del Ser, pero no él único. Los sentidos físicos, que también tienen su reflejo en los sentidos psíquicos o espirituales, no llegan a percibir la realidad atómica, sin embargo los científicos siguen insistiendo que allí en esa mínima dimensión o plano de “realidad” fisica, hay orbitas, núcleos, partículas, protones, electrones, y un conjuntos de “nomenclaturas” tan diversas que nos resultan ya cada vez más familiares y habituales. Sin embargo ninguno de ellos ha dicho que halla visto un “electrón” con sus ojos, o lo haya tocado con su mano. Nos hablan de millones de relaciones y relaciones químicas, electromagnéticas, naturales, etc., pero aún la Ciencia (mejor los que postulan la ciencia como única VERDAD o REALIDAD), callan en el más lánguido silencio ante procesos como explicar la “VIDA”, el Nacimiento, la Muerte, el Miedo, el Amor, la Armonía, la belleza, lo bueno, etc. (o por ejemplo ¿qué había un minuto antes del Big-bang?, unos dicen que el caos, otros que el vacío, la nada, etc., no les recuerda esto al ideas como el monismo versus dualismo de la filosofía griega temprana, o del génesis bíblico(=como surgió la creación), o las nociones del vacio o la nada del filóaolo hinfú Nagarjuna.
Estas “realidades” fácticas, anímicas, o mentales, no han sido estudiadas más que en el reflejo que hoy en día tienen las investigaciones y estudios neurofisiológicos sobre el cerebro, al que de otra parte se ha confundido –a mi modesto entender- con la MENTE. Es cierto que la ultima adquisición del ser humano ha sido el desarrollo en capacidad física de su cerebro (algo más de 1kg de masa), sin embargo los otros “cerebros” anteriores, como el de réptil, o el de animal erguido (glándula oblonga?, cortex y neocortex) no hacen sino que reflejar su triple constitución física, mental y espiritual a mi modesto entender.
La barrera pretendidamente existente entre el ESPÍRITU Y LA MATERIA es inexistente fuere de nuestra mente. Lo comprendamos o no, lo incorporemos en leyes físicas, mentales o espirituales o no, el mundo y el universo tienen una existencia aparentemente separada del ser humano, lo que nos permite ad infinitum hacer especulación mental, ideológica, política, filosófica, o de cualquier otra forma dual de pensamiento. El universo viviente no tiene como nota la figuración dualista que la mente ordinaria del ser humano ha venido exponiendo como explicación, cuento o historia a creer por aquellos que no tenemos el valor de experimentar el Ser Consciente Uno.

El Pensamiento dual, no es una forma de pensar, sino una manera en que a la Mente externa –desgajada de su causa, o de su ser propio único- viene funcionando por inercia, hábito o frecuencia a lo largo del tiempo, e incluso en el que suscribe. Es el tipo de “frecuencia de honda” el que forja y forma el pensamiento dual, el conocimiento por contraste (bueno-malo, cerca-lejos, alto-bajo, etc.), sin embargo una frecuencia de honda más amplia, permitiría dar un salto más grande en la formación de imágenes u objetos “mentales” o en la “percepción”. Esto que ha sido llamado Mente Superior, Mente Intuitiva, Supermente y Supramental por autores como Aurobindo o La Madre está relacionado con el denominado pensamiento no dual.

Siendo simplicistas se puede decir que la Mente Superior para el ser humano hasta ahora no ha sido nada más que unas gotas pequeñas de la Supramente (MENTE-UNO) en muchos cerebros despiertos de la Humanidad hasta la fechas recientes. La Mente superior ha sido alcanzada por muchísimos seres humanos, literatos, científicos, políticos, filósofos, religiosos, -y gente común, claro-, etc. pero la mente externa del pequeño “yo”, mi propia mente no puede captar la totalidad de la mente UNO, como sujeto ni como objeto, sino me convierto en UNO con la MENTE UNO.

La Mente intuitiva no es captar la totalidad del conocimiento o información que existe y amontonarlo, sino simplemente, por la concentración de aquello que es requerido en cada momento como verdadero o esencial para el ser humano que lo recibe o manifiesta, es el conocimiento concreto según la circunstancia, la necesidad, o el momento. La mente intuitiva estaría como dos escalones por encima de la mente ordinaria, o en dos niveles más profundos respecto de aquellas, pero aún es parcial y no unitaria. Se ha dicho que la intuición es un flasch o trozo de la Verdad en cada momento percibida.

Sobre la clasificación o mejor compresión de ello me remito a quién mejor ha explicado esta materia (SRI AUROBINDO; la aventura de la Consciencia, LAS ENSEÑANZAS DE SRI AUROBINDO, Vicent Merlo (editorial Kairos).

Pero ningún científico viene a discutir una realidad tan intangible o tan invisible como la MENTE, hasta el punto que se da por supuesto que cada ser humano tiene una MENTE. Sin embargo no se ha dado igual trato a lo que como ESPÍRITU el ser humano ha querido abarcar, nombrar o aglutinar. La discrepancias “humanas”, históricas, nacionales, raciales, sectoriales, religiones, filosofías, no ponen nada más que en evidencia, que no se tiene un conocimiento verdadero de esas realidades, aunque todos seamos exactamente iguales en forma y constitución.

Hasta aquí unas breves balbuceos para apuntar otra hipótesis discursiva. Toda relación sujeto-objeto, es una relación en el Sujeto (en el yo conmigo mismo, o en el si-mismo), o en la causa, pues todo efecto está contenido en la causa. La dualidad causa-efecto, sujeto-objeto es un espejismo, y el pensamiento dual un elemento a ser absorbido (error infantil diría yo) en un totalidad incluyente mayor (Holón, según terminología de Kem Wilber).

En la “religión occidental” ya sea está la cristiana oficial, o cualquier filosofía o "ismo" tal vez no se ha venido comprendiendo bien este punto: cuando se habla del VERBO, se ha identificado VERBO con el SER, como VERBO-OBJETO. El Verbo-SER, esto es cierto en algún plano, (el verbo=el ser). El “ser” es un verbo conjugable lingüísticamente como modulaciones en la persona (sujetos), o tiempos, sin embargo, en el infinitivo no existe más que el nombre del verbo, como prius lógico que contiene o nombra a todas la modalidades o conjugaciones. Lo importante que se desea expresar es que el verbo en infinitivo no tiene aparentemente ningún sujeto, sin embargo, en nuestro idioma castellano, sabemos que al menos hay tres personas, (Yo, tu, el/ella/ello, en singular o plural), y tres tiempos, pasado, presente, futuro. En otros idiomas, como en Hawaiano, existe otra “persona” más que aglutina a “un tu y un yo”, no como un nosotros, sino como un ambos, como quiera que no tenemos habito de usar esa forma subjetiva verbal, la podemos captar con el uso de dos de sus elementos “tu” + “yo”, para ellos, seria como una cuarta (o séptima si incluimos las tres del singular y las tres del plural) forma personal. Podríamos asimilarla a un “ambos”, o “los dos” siempre referido al hablante y su referido interlocutor. De igual modo al ejemplo propuesto, se puede decir que no tenemos un hábito de captar las “seis” personas o modalidades subjetivas del verbo en unidad o simultaneidad. ¿Verdad que cada “yo (el que habla, tiene idea de un “yo”), y que Tú o Vd. tiene su idea de otro “yo” (tanto como ser histórico, como personal, o potencial, etc.), y que un “él” (=cualquiera que imaginemos), también tiene en su interior un “yo”. Yo es por tanto igual a existencia. Cuando decimos “nosotros, hacemos dejación momentánea de la idea de yo, para que un “yo individual” se identifique con varios dispares o distintos, y cuando decimos “vosotros”, el yo individual hablante se separa de los demás a los que hace referencia. ¿Verdad que cada cual hace esas miles de referencias en el lenguaje, sin percatarse de los procesos internos de unión o separación, entre su “yo individual” y los objetos verbales a los que hace alusión o referencia. Piensen o mediten en esto y verán, que todo objeto, de algún modo tiene un “yo” pequeño como individualidad, identidad o realidad, incluso una piedra tendría así pues un “yo”, pues al final toda realidad esconde en su interior un “yo-yo, un yo-tu, un yo-el/ella¨/ello”. Esas afirmaciones que el ser humano hace, se efectúan sin darnos cuenta de que la “identidad-diferencia” es un proceso interno en cada uno de nosotros. Sin embargo, se ha dicho y aquí se puede afirmar que existen una relación fundamental en la que el pequeño “yo”, vive, existe y disfruta de un “Yo-todo”. Las religiones, y las espiritualidades de los tiempos, han pretendido acercar y acortar este camino, está unión, o sensación de unidad del todo con la parte, y de la parte con el todo. Entiendo que hay muchos momentos en la vida de cada uno de nosotros, donde ese proceso de sensación o unión existe sin que seamos conscientes de ello, (muchas de ellas en el sueño profundo, en el sueño REM, y en otros momentos).

El “SER” no es solo un verbo, sino un sujeto que comprende y abarca en sí a la totalidad-uno y a la individualidad-Todo. Cuando hablamos del SER HUMANO, cada cual entiende una cosa objetivable o particularmente, pero en el Ser colectivo todos entienden algo así como HUMANIDAD, especie que habita la tierra; es por tanto una palabra, una realidad objetivable, y una ilusión o espejismo “intelectivo” para denominar al conjunto o modelo de Ser viviente. La Mente permite eso, pero no sólo somos mente, somos cuerpo físico (agua, aire, fuego y otras sustancias nombradas o innombradas aún), y también somos algo más. Ese algo más es Vida o existencia, o ser en definitiva (ser psíquico=alma, y otros niveles más).

Hasta aquí estoy dando saltos vagos e imprecisos, tal vez, que tu o otros miles de “científicos”, filósofos, o pensadores atentos habrán observado. Pero sin embargo, no estoy dando ningún salto mayor de que el científico puede dar cuando “al ver una mesa” piensa, trabaja o se cuestiona que realmente no es una unidad superficial física, y que está contenida y formada por millones de particulares, átomos o electrones, etc. (como puede haber o existir dos cosas a la vez sobre una misma realidad, como una mesa física, y en su interior algo distinto, algo igual a cualquier otra sustancia, material o no, formada de electrónes, protones, neutrones, etc., solo haciendo una división de niveles, realidades, ámbitos, etc. se podría llegar a ello). Ese científico (ser humano pensante, existente, deja de un lado la ilusión de que su vista no capta la realidad interna de la mesa que va a estudiar). Sin embargo el salto mental del científico para captar la realidad que es su objeto de devoción o estudio, no es mayor que los “saltos, idas y venidas” que estoy “verbalmente” expresando en estas líneas. Con esto no quiero nada más que pretender indicar o sugerir lo siguiente:

1- El Intelecto, no es más que una parte de las funciones de la mente, la más pequeña diría yo.
2- Mente y cerebro no son lo mismo; la mente activa y funciona muchas veces con o desde realidades físicas, o no, La mente en los sueños tiene o no, una actividad cerebral disociada, y desconectada de los sentidos externos, y muchas veces, incluso de la fisiología cerebral.
3- No existe ningún “yo” individual separado de ningún otro ser, objeto o cosa. Todos son un “Yo mayor” no conocido. Por eso la idea de separación del hombre y Dios, es un telón que nuestro identidad separada ha creado por virtud de la evolución desde la materia al espíritu, o al ser humano.


El Dr. Eugene E. Witworth se cuestiona en su introducción al Libro “las nueve caras de Cristo”, la siguiente pregunta, que ahora yo le trasmito a Vd.: ¿puede Vd. diferenciar nítidamente la diferencia entre Realidad y Actualidad?. Toda realidad no es más que actualidad, o a la inversa, la actualidad en un conjunto más o menos universal de cosas (realidad, viene de su raíz latina res-rei=cosa). Sin embargo aquí se les estoy ahora postulando es que tanto la “realidad” como la “actualidad” no son más que epifenómenos, objetivables o subjetivables, y aquí podemos entroncar con otra idea que caracteriza al “pensamiento dual”, que le es connatural, la percepción por “diferencia”, puesto que la percepción sin diferencia es la nota clave del “pensamiento no dual”. Ese tipo de percepción elimina la noción del pequeño “yo” en cada individuo, para convertirse de modo singular en el objeto de aprehensión.

El conocimiento por identidad o diferencia es una clave o noción del pensamiento dual. El pensamiento no dual es siempre “total y simultáneo” (de ahí que no hay presente, pasado o futuro (no existe el tiempo en esa percepción) ni siquiera el espacio). En el lenguaje de la nueva era, a esto se le denomina quinta dimensión, que no hace más que referir lo que los Rishis, el Veda, o Vedante advaita viene sosteniendo desde hace 6.000 años.

Vamos a experimentar esto ahora. Veamos un bosquejo, de este interrogante.

Nisagardata decía que entre Dios y yo no “hay espacio para ningún camino”, que el denominado camino espiritual es otra ilusión del pequeño ego (la identificación de un ser vivo, con su cuerpo físico, su mente, sus pensamiento o emociones, como si hubiera un yo separado o individual creado o sujeto activo o pasivo de ellos), sin embargo, otro Santo hindú, como Maharaj ........., proponía el sistema de la “introversión” o autocuestionamiento, hasta lo más hondo de las profundidades del ser, para ver que no hay un “yo” individual o separado del mundo, del universo o de los demás seres

Hay un yo-vivencia, yo-experiencia, que es distinto del yo-conocimiento (intelecto). En un simple ejercicio, verán como el “yo” pasa de aquí y allí constantemente sin ser advertido por la mente identificada con un cuerpo.

Cuando estoy en un parte, el canto de un pájaro suena allí (espacio), y mi sentido del oído forma una imagen interna en alguna parte del cerebro o dentro de él, pero simultánea o previamente, el sentido del oído o mejor el sonido, estaba viajando desde la boca del pájaro hasta mi oído. (....)

El sonido así ha permitido viajar a la percepción. (....)